La familia crece

Al llegar un hermanito o una hermanita a la familia, el niño pasa de ser el bebé a ser el mayor de la familia. ¡Vaya responsabilidad! También significa que tendrá que compartir a papá y mamá, y en algunos casos hasta su habitación. Y por supuesto, no siempre es fácil de aceptar. Es el inicio de una historia, una historia de hermanos, repleta de bellos momentos... ¡y tal vez de unas cuantas disputas!

¿Cómo podemos ayudar a vivir lo mejor posible este momento?

Anunciarle a un hijo que va a tener un hermano o una hermana es un momento en el que nacen muchas emociones. ¿Cuándo es buen momento para decirle? A partir de los tres meses de embarazo, ya que el riesgo de aborto natural es menor y tu vientre empieza a tomar forma. Dile la noticia con palabras simples y deja que exprese sus sentimientos. Puede que salte de alegría o que se enfurezca. Esta reacción es normal; necesita un poco de tiempo para acostumbrarse.

Antes de que nazca, háblale a menudo del nuevo bebé que va a llegar. Explícale que va a ser un cambio en su vida, pero recuérdale que tú siempre estarás ahí y que lo amas con todo tu corazón. Tu corazón no se va a dividir en dos, sino a multiplicarse por dos para que a cada uno le llegue la misma cantidad de amor.

Otra forma de preparar a los hermanitos mayores es leyéndoles cuentos. Hay muchos libros tiernos para abordar el tema de una manera divertida.

Una vez que nazca el bebé, haz que se sienta responsable. Puedes asignarle misiones "de mayor" como empujar el carrito, etc. El papá también tiene un rol importante: mientras tú atiendes al bebé, el niño y él pueden jugar juntos, ir de paseo, etc. Sin embargo, intenta dedicarle algunos momentos exclusivos para él como leer juntos un cuento, por ejemplo.
 

Te quiero, te odio…

Los celos son una parte normal de la relación entre hermanos, e incluso son positivos por que pelearse ayuda a crecer. De esta manera, cada niño se hace autónomo, moldea su personalidad haciendo llegar sus mensajes, marcando su territorio, probando sus límites y, al fin de cuentas, toma confianza en sí mismo.

Al compartir su vida cotidiana con un hermano o hermana, también aprende poco a poco a compartir, negociar, aceptar compromisos, descubrir la justicia (y la injusticia)... En resumen, las reglas de la vida en sociedad.

Cuando los hermanos se pelean, déjalos que resuelvan sus diferencias siempre que no lleguen a las manos. Si se pegan o las disputas empeoran, debes intervenir pero sin tomar partido. Debes mantenerte neutro y señalar sus acciones. Intenta ser justa y ecuánime…

¿Voy a querer tanto a mi Segundo hijo como al primero?

Esa pregunta a menudo ronda en la cabeza de las madres, aunque no siempre se atrevan a formularla de forma explícita. Ten calma, la relación con cada uno de ellos es diferente porque cada niño es único. Pero el amor nunca falla y como si fuera poco, se multiplica.

Planifica actividades para cada uno de ellos sin el hermano: las compras con mamá para el bebé, cocinar con papá para el mayor. Así, luego, estarán contentísimos de reencontrarse.

El mayor vuelve a portarse como un bebé, ¿es normal?

Tras anunciarle que estás embarazada o cuando nace su hermanito o hermanita, el mayor vuelve a mojar la cama por las noches. En otras palabras, vuelve a hacer cosas que ya no hacía…

Este fenómeno de "regresión" es más frecuente y normal de lo que te imaginas. Esta es la forma en que el niño quiere llamar la atención de sus padres. Necesita demostrar que existe cuando todo el mundo sólo tiene ojos para el más pequeño. También es su manera de expresar los sentimientos contradictorios que vive en ese momento: celos, orgullo, odio, amor.

Esta reacción es natural, aunque debe ser pasajera. Si se prolonga por mucho tiempo, no dudes en comentárselo a tu pediatra.

María, madre de Judit y Hugo

"Cuando nació Judit recibió un montón de regalos, como todos los bebés. Para que su hermano mayor no estuviera celoso, también le hicimos un regalo diciéndole que era de parte de su hermanita. Estaba contentísimo y fue a darle un gran beso."