Juguetes ideales durante su primer año de tu bebé

Pasar de un hijo a más altera la dinámica de la familia. En esta redistribución de roles, pronto cada uno hallará su lugar.

Como mi niño todavía no habla, me resulta difícil adivinar por sus sonrisas y lloriqueos si está satisfecho o sigue con hambre. ¿Un poco de ayuda para descifrar su comportamiento?

Movidos por la necesidad y seducidos por las modas, rodeamos a nuestros bebés de una gran variedad de objetos.

Más que una historia fantástica, un cuento infantil fortalece los lazos afectivos y las capacidades cognitivas de tu hijo.

Cuando mueve con felicidad los pies y las manos, o cuando nos regala una sonrisa hasta las orejas o su llanto es desconsolado, evidentemente intenta decirnos algo, pero ¿qué? 

Antes de su nacimiento, no pasabas nunca quieta, siempre con ganas de ir de aquí para allá, de ver lugares desconocidos, cerca de casa o en la otra punta del mundo.

Acompañar a tu hijo en todos sus procesos es importante, por esto te enseñaremos algunas estrategias de aprendizaje para que los apoyes aún más.

En los primeros pasos titubeantes de un bebé que empieza a caminar uno puede imaginar al niño en el que se acabará convirtiendo.

Sabemos que hay que comer cinco raciones de fruta y verdura al día. ¿Pero eso también es aplicable a mi pequeño? No soy una profesional en nutrición, así que no me caería mal algún consejo.

Ahora, criar a un hijo es algo bastante común. Pero, sigue siendo una auténtica aventura.

Otro bebé viene en camino. ¿Se pondrá celoso el mayor o lo aceptará sin ningún problema? Estoy muy contenta, pero me preocupa un poco cómo puede cambiar la dinámica de la familia.

¿Tu bebé llora y patalea? Sabes que tu teléfono móvil o tablet ayudan a calmarlo y te ves tentada a usarlo para tranquilizarlo.

Entre los 2 y 3 años, el desarrollo cognitivo de tu pequeño aumenta y empiezan a experimentar de forma casi natural con los números.

Mi pequeño tesoro no tiene ni dos años y ya quiere hacerlo todo “solo”. ¡Cuando quiero ayudarle, se enoja! Y cuando le propongo algo, la respuesta siempre es “no”.

Los niños siempre han tenido juguetes: de bebés ya son capaces de transformar cualquier cosa en un juguete.

Dejar los pañales lo acerca cada vez más hacia la independencia. 

Encontraste el amor de tu vida y es de otra cultura. O tal vez emigraste a otro país. Sea como sea, cada uno habla una lengua diferente y nada más te preguntas: ¿qué hablarán tus hijos?