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Apégate a los horarios regulares de las comidas. La rutina es reconfortante para los niños pequeños.
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Sirve porciones pequeñas y ve aumentando su volumen de acuerdo a su aceptación —las porciones grandes apenas inicia su alimentación complementaria pueden ser abrumadoras.
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Juega con los colores y las formas para que la comida se vuelva divertida y atractiva. Recuerda respetar las texturas que te indica tu pediatra.
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Intenta hacer que las comidas sean más divertidas involucrando a tu hijo pequeño con su preparación o platicando con él sobre los colores y las texturas de los alimentos.
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Sé positiva. Elogia a tu hijo pequeño cuando coma bien, y no lo critiques ni lo castigues cuando no lo haga.
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Ofrécele nuevos sabores de forma gradual. Uno a la vez y en pequeñas cantidades.
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Intenta no apresurarlo a la hora de comer porque los niños pequeños comen muy despacio.
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Coman juntos en familia todas las veces que sea posible. Los niños pequeños aprenden mucho al ver lo que hacen los demás, desde modales para comer hasta saborear la comida y probar cosas diferentes.
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Motívalo para que coma por sí mismo, eso puede ayudar a que acepte la comida picada con más facilidad. Después puedes lidiar con el tiradero.
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Para más información sobre cómo prevenir que tu hijo sea melindroso, lee nuestras 14 formas de criar a un niño pequeño con hábitos de alimentación saludables.
FUENTES:
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