Celos entre hermanos
Los celos son una emoción natural de todo ser humano, pero son especialmente notorios en la infancia y se originan, en el caso de los hermanos, por el deseo de ser exclusivos, de ser el centro de atención o los protagonistas de las actividades diarias con los padres.
Aunque los celos son una emoción que no se puede evitar, si se pueden controlar; los padres pueden ayudar a desarrollar en los niños la tolerancia, la autoestima, la seguridad en si mismos o la autoconfianza, destrezas que les permitirán desechar los sentimientos de celos o de inferioridad respecto a sus hermanos.
Es importante poder reconocer conductas que reflejen estos celos para tratar de corregirlas; por ejemplo:
- Regresiones como volver a usar chupón o pañales o pedir que los alcen constantemente (esta reacción es muy común cuando llega un nuevo miembro de la familia).
- Pueden mostrar molestia con mordiscos, empujones o peleas contra los hermanos o los padres.
- Pueden reducir su apetito, sufrir pesadillas o experimentar miedos infundados.
- Pueden ser más susceptibles y llorar con más frecuencia.
Es casi igual de importante comprender estás conductas como en otras oportunidades reprocharlas para que no se hagan un hábito y para ir enseñándoles que el amor, el cariño y la atención están ahí para todos los hijos.
Algunas estrategias valiosas para contrarrestar los celos son:
- Informar a los hijos sobre posibles cambios en la familia, por ejemplo la venida de un nuevo hermano, el cambio de alguno de los niños de preescolar a la escuela, etc. Cuando los niños pueden prepararse y entender logran adaptarse mejor a los cambios.
- Participarlos de la toma de algunas decisiones para que se sientan incluidos.
- Darles a todos las mismas oportunidades, por ejemplo respecto al tiempo de juegos o de ver televisión o tener las mismas exigencias a la hora de comer, estudiar o hacer tareas en el hogar.
- Ignorar las reacciones negativas como los gritos, esto para no reforzar en ellos esa actitud, pero sí promover que se calmen y tranquilicen, una buena forma es con abrazos de contención, abrazos fuertes que sostengan su energía.
- Evitar que cojan los juguetes del otro sin pedirlos prestados.
- Según las edades y habilidades de cada uno, asignarles tareas y recompensas por su colaboración.
- Reconocer las diferencias entre cada uno y hacerlas ver como algo positivo que los caracteriza.
- Fomentar el juego conjunto y en equipo.
- Incentivar los acuerdos para resolver problemas o diferencias.
- Incentivar en ellos el expresar su amor siempre entre hermanos y con los padres.
Hay que tener cuidado porque a veces son los mismos padres quienes, sin buscarlo, contribuyen a incrementar el conflicto entre hermanos. En la medida que al niño le quede claro que tiene un lugar único y especial para los padres y que sus hermanos no representan ninguna amenaza, los celos se minimizarán y se irá generando un ambiente de amistad, amor y compañerismo.
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