Mi bebé bien limpito

Mantener la salud y el bienestar de tu bebé, implica hacerle un aseo completo cada día y limpiar con frecuencia los objetos que más usa. Pero no te vuelvas obsesiva, ten en cuenta que no serviría de nada hacerlo en exceso. De hecho, para reforzar las defensas inmunitarias, tu bebé necesita enfrentarse a las bacterias, a los microbios y a los demás "bichitos" que nos rodean a diario. A continuación, presentamos algunas buenas prácticas para mantener tu bebé bien limpito.

Principios básicos

La hora del baño de tu bebé es un momento mágico. Para disfrutarlo al máximo es recomendable organizarte bien y tener todo a mano. Esta es una pequeña guía de los productos indispensables:

•    Gel de baño para pieles sensibles
•    Un champú suave para bebé
•    Una crema para sus nalguitas
•    Suero fisiológico
•    Algodón
•    Toallitas

¡Estamos listos! Ahora que tenemos todo lo necesario, pasemos al chequeo completo.

Baño. Los bebés disfrutan bañarse. Para su seguridad, mantente siempre atenta y no apartes la mirada de tu hijo. Procura que no tenga frio: la temperatura de la habitación debe estar entre los 20 y los 24 ºC, y la del agua entre los 37 y los 38 ºC. ¡Ni agua fría, ni agua hirviendo!

Cambio de pañales y de ropa. Mamita organizada pone todo lo necesario cerca del cambiador: pañalitos, toallitas, crema limpiadora, ropita limpia y basurero. Lava y seca cada uno de los pequeños pliegues de su piel antes de ponerle el pañal.

Cara. Impregna un algodón en crema limpiadora o en agua mineral. Puedes usar una crema hidratante suave para proteger su piel.

Ojos. Humedece una tela fina con suero fisiológico y pásala suavemente sobre sus ojos, desde el lagrimal hacia fuera.
Orejas. La delicadeza es primordial. No utilices un hisopo aplicador; utiliza simplemente un algodón para limpiar el pabellón auricular y la parte posterior de la oreja.

Nariz. Es una operación que requiere delicadeza. Primero, retuerce un pedacito de algodón humedecido en suero fisiológico e introdúcelo con cuidado en los orificios nasales. También puedes utilizar un sacamocos o aspirador nasal.
Uñas. Procura hacerlo en un momento en que tu bebé esté tranquilo. Recuerda cortárselas con frecuencia, procurando redondearlas y no dejarlas demasiado cortas.

Cordón umbilical. Usa una gasa impregnada en antiséptico hasta que se le caiga (al cabo de una a dos semanas). Debes hacer este procedimiento de 2 a 3 veces al día. Si tienes más dudas, pregúntale a tu pediatra.

El aspirador nasal para bebés es un accesorio indispensable cuando tu pequeñín está resfriado. El más sencillo (y más barato también) es la pera de goma ya que aspira mediante una simple presión. También podrás encontrar aspiradores nasales con aspiración manual o eléctrica.

¿Hay que retraer el prepucio de los niños? 

Esta práctica está hoy desaconsejada por numerosos pediatras. Este procedimiento consistía en retraer el prepucio para limpiar el glande. Sin embargo, se ha demostrado que, al contrario de lo que se pensaba antes, la retracción no evita la fimosis (una anomalía del prepucio). Un aseo "clásico" basta y sobra para garantizar la higiene de esta zona en un bebé.

Para cuidar la piel frágil de tu bebé, no utilices los productos con parabenes, ya que son sustancias químicas desequilibran el sistema hormonal de tu pequeño. Opta por cosméticos que digan "sin parabenes" o el sello "bio".

Otras normas de higiene

Lava a menudo los peluches: los más resistentes en la lavadora, los otros a mano. Mientras que con su ropita, la interior se debe lavar todos los días. Para el resto de la ropa, haz lo que te parezca correcto, pero considera que una mancha de zanahoria en la chaqueta... ¡tampoco es el fin del mundo! En caso de los los baberos, paños, las toallas y la ropa de cama, usa siempre un detergente suave que respete la fragilidad de su piel.

Una limpieza diaria de la habitación del bebé también es necesaria. Ventila todos los días la habitación durante 10 minutos como mínimo. Barre o pasa con regularidad la aspiradora y prefiere productos de limpieza naturales.