Los bebés adoran los libros, aunque aún no entiendan el significado de la historia. Los colores, las texturas y los sonidos son casi mágicos para él. Los libros lo hacen entrar en un universo maravilloso, rico en emociones y sensaciones. Leerle es un placer único que comparte contigo y que le ayuda a crecer.
Más que simples historias…
El libro empieza, desarrolla ideas y... acaba. El relato le permite desarrollar su pensamiento, al tener un principio y un final. En sus idas y venidas entre el mundo real y el imaginario, el niño estructura su personalidad. Desde las primeras fases del desarrollo del bebé, este aspecto resulta fundamental:
"Sin los juegos que solicitan la imaginación, el bebé no podría acceder al lenguaje ni a la vida emocional", afirma Marie Bonnafé en su obra "Les livres, c’est bon pour les bébés" (Los libros son buenos para los bebés).
La lectura también brinda momentos para intercambiar y compartir. Es una manera de crear vínculos distintos a la palabra. ¿Qué más da que no lo entienda todo? Las palabras bonitas que oye, las imágenes que observa, los materiales que toca le provocan emociones que comparte contigo.
Pero las historias que cuentan los libros (y, en concreto, los cuentos de hadas) no son simples relatos que cuentan las aventuras de ciertos personajes. Son historias que permiten al niño comprender y asimilar, de forma concreta y lúdica, grandes nociones como el miedo a ser abandonado e incluso la injusticia y la violencia. Responden a determinadas angustias que siente pero que no puede expresar.
Un cuento para caer en un profundo sueño
La noche es ideal para leer un cuento. Incluso es un ritual sagrado para algunos niños. ¡Son momentos para crear hermosos lazos! Si el niño se aferra tanto a ese momento, es porque justamente comparte algo contigo: te tiene toda para él y se aprovecha al máximo. Viven la historia juntos y guardan recuerdos juntos.
Además, el cuento de antes de dormir le permite enfrentarse a la noche con serenidad. Es usual que debas leer el mismo cuento noche tras noche: la repetición de las mismas palabras lo tranquilizan y lo relajan.
Recuerda que el diálogo también es importante. Aprovecha ese momento privilegiado para comentar el cuento, compartir vuestras emociones o incluso inventar juntos un cuento único para ustedes.
46%
De los padres declara que lee un cuento a su hijo por la noche. El 99 % de los padres piensan que la lectura es una fuente de estimulación, el 98 % que es un momento de complicidad y el 90 % que permite encarar mejor el momento de irse a dormir.
Fuente: encuesta de Ipsos realizada entre el 3 y el 5 de junio de 2009 a 602 padres de niños de menos de 3 años.
Anabel, madre de Violeta
"Cuando era niña, me encantaba La Caperucita Roja. Mi madre o mi padre me leían ese libro antes de dormir. Ahora soy yo quien cuenta esa historia a mi hija y le gusta tanto como a mí."
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